Hace siglos que se usan lapices con hacen uso de sustancias minerales para dejar marcado al papel después de unos trazos, pero el lápiz de metal ya existía en la época de la Renaissance aunque de forma más grosera, con el uso de una superficie abrasiva y la punta de metal, sea plata, plomo u oro.
Hoy, ha llegado la versión moderna de estos lápices conocidos bajo el nombre común de la técnica MetalPoint, excepto que aquí hace uso de una aleación nombrada nib, una aleación que deja una marca en todo tipo de papeles.
Si lo usamos con el papel de impresora, las marcas dejadas serán muy similares a las dejadas por un lápiz. La única pega es que luego no se pueden borrar. Pero lo bueno es que no tendrás que sacarle nunca la punta ya que está garantizado al menos 25 años. Es tuyo por menos de 23€.
Noticia sacada de: Ounae