El típico mensaje que los estudiantes suelen pegar en la puerta de su habitación es algo así como “Llama antes de entrar”… bueno, los estudiantes políticamente correctos que yo nunca los vi, creo que es una leyenda y más bien sería: “Fuera de aquí, cubierto de oprobio y desterrado”,…
Pues bien, un estudiante del MIT ha decidido ser un inconformista y ha hackeado su puerta empotrándole un teclado para cerrarla. El teclado está controlado por un chip sacado de un viejo móvil y para entrar, sólo hay que teclear el PIN correcto… si fallas tres veces, ¿qué pasa, la puerta se cierra para siempre?
Noticia sacada de: Ounae